En el cuarto capítulo, «El fruto prohibido», la protagonista vive un cúmulo de emociones y tensiones entre su fe y su atracción por Victor. Al asistir a una reunión de jóvenes de la iglesia (célula), Victor llega tarde, lo que genera una pequeña fricción con su líder, Carmen. Durante la enseñanza, que casualmente trata sobre relaciones sentimentales y noviazgo en el Evangelio, se discuten temas sensibles como la fornicación y el adulterio, provocando debates entre los asistentes.

Victor finalmente llega y, aunque parece interesado en algunos aspectos de la Biblia, se muestra crítico respecto a la religión y sus enseñanzas sobre la santidad. A pesar de esto, y en medio de tensiones sobre sus diferencias espirituales, Victor le propone a la protagonista que sean novios, prometiendo respetar sus creencias. Esta declaración la deja en un estado de confusión y dilema, ya que siente una fuerte atracción por Victor pero también reconoce la enseñanza sobre el «yugo desigual» entre creyentes y no creyentes. La protagonista queda con la difícil decisión de aceptar o rechazar la propuesta de Victor, considerando el impacto que esto tendrá en su vida espiritual y emocional.

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