En el tercer capítulo, «Palabras», la protagonista enfrenta tensiones crecientes entre su vida espiritual y sus relaciones personales. Después de semanas de distanciamiento de la iglesia, su líder Carmen la confronta, preocupada por su ausencia. Este encuentro provoca en la protagonista una reflexión sobre su fe y sus recientes decisiones. Paralelamente, su relación con Victor se complica; aunque no son pareja oficial, su atracción mutua genera dudas y cuestionamientos sobre sus verdaderas intenciones y el impacto en su vida espiritual.
Una confrontación inesperada con su padre sobre la moralidad y la fe la deja introspectiva, revelando tensiones familiares profundas. A pesar de las advertencias de sus amigas sobre el carácter de Victor, la protagonista decide invitarlo a una reunión de jóvenes de la iglesia, con la esperanza de integrarlo a su vida espiritual. La llegada de Victor a esta reunión promete un cambio significativo, dejando al lector expectante sobre los próximos acontecimientos.