En el capítulo 13 de «Amada,» titulado «Asume,» la protagonista se enfrenta a una creciente presión emocional y física mientras lidia con las consecuencias de sus acciones.
Después de un mes de evitar sus responsabilidades y la tensión acumulada, la protagonista regresa a casa para encontrar a su líder espiritual, Carmen, conversando con sus padres. La atmósfera es tensa, y su madre la confronta sobre su ausencia en la célula y su falta de comunicación. La protagonista, abrumada por sus propios problemas, se retira a su habitación, consciente de que no puede seguir ocultando la verdad.
Al día siguiente, se siente físicamente mal, con dolores de estómago y mareos. Aunque trata de ignorarlo, los síntomas persisten. En la universidad, sus amigas Paula y Tamar notan su malestar y sugieren que podría estar sufriendo de anemia. Sin embargo, Paula insinúa otra posibilidad: un embarazo. La protagonista, recordando que su periodo está retrasado, comienza a preocuparse.
De camino a casa, ve a una joven madre con un bebé en el autobús, lo que intensifica sus miedos. Más tarde, se encuentra con David, un conocido de la célula, pero decide evitarlo, sintiéndose como la oveja negra del grupo. De vuelta en casa, no puede dejar de pensar en la posibilidad de estar embarazada y las graves repercusiones que esto tendría para su vida. La preocupación por cómo sus padres, Victor, y los padres de Victor reaccionarían, especialmente después de la advertencia de la madre de Victor, la consume.